EL SENADOR PÉRSICO PRESENTO EL SIGUIENTE PROYECTO DE DECLARACIÓN CON MOTIVO DE CONMEMORARSE LA BATALLA DE LA VUELTA DE OBLIGADO:
La batalla de La Vuelta de Obligado, obra de Rodolfo Campodónico
PROYECTO DE DECLARACIÓN
El Honorable Senado de la
Nación,
DECLARA:
Su adhesión a los actos
recordatorios del 167º aniversario de las gloriosas jornadas protagonizadas por
las fuerzas nacionales en el COMBATE DE LA VUELTA DE OBLIGADO, a efectuarse el
20 de noviembre de 2012.
Daniel R. Pérsico
FUNDAMENTOS
Señor Presidente.
Recordar las acciones del combate de la Vuelta de
Obligado es, más que todo, reconocer el valor y la eficacia de las fuerzas
patriotas que con escasos elementos de defensa supieron demostrar al intruso
colonialista que la Federación no estaba dispuesta a ceder en su
pronunciamiento emancipador.
Allí, el 20 de noviembre de 1845 en las costas
del Río Paraná, se batieron con alma y vida las tropas argentinas hasta quedar
sin munición, y vencidos por la superioridad de las fuerzas invasoras, con
armas de alta tecnología como los nuevos "barcos de guerra a vapor" y
los cañones estriados de carga posterior. La Flota Inglesa al mando del
Almirante Inglefield y la francesa por el almirante Lainé.
Después del bombardeo y al desembarco, las cargas
de bayoneta se repitieron y los principales jefes argentinos fueron heridos en
combate. Los gritos de Viva la Patria se repetían y en medio del combate, la
banda de Música del Regimiento Nº 1 de Patricios, por orden del General Lucio
Norberto Mansilla, tocó el Himno Nacional Argentino, coreado a gritos de rabia
por los bravos que defendían la posición. Por eso el 20 de noviembre, henchidos
de patriotismo recordamos el Día de la Soberanía Nacional".
El Brigadier Gral. Don
Juan Manuel de Rosas, ordena organizar la defensa sobre el río
Paraná en el lugar denominado Vuelta de Obligado, ciudad de San Pedro, donde
las fuerzas al mando del Gral. Lucio Norberto Mansilla fortificaron la costa
colocando una fila de chalupas y pontones para sostener gruesas cadenas de
costa a costa e impedir el paso de los buques.
De buques de guerra se habían desmontado los
cañones para la defensa, eran 5 baterías con un total de 30 cañones antiguos,
lisos y de avancarga, con balas de calibres de 8 a 20 libras servidas por 100
artilleros al mando del Capitán de marina Thorne y
lo protegían tropas de Infantería y de caballería para repeler posibles
desembarcos. El Regimiento de Patricios al mando del Coronel Rodríguez, la
caballería a cargo del Coronel Santa Coloma, los cuerpos de
milicias rurales al mando del Tte.
Facundo Quiroga, el hijo del Tigre de los Llanos, fueron los más destacados.
El 20 de noviembre el combate comenzó a las 8 de
la mañana con intenso fuego de artillería desde los buques, los cañonazos se
confundían con los gritos del paisanaje a órdenes de Mansilla, con vivas y
cantos a la Patria.
La Banda militar de Patricios toca los compases
del Himno Nacional que es coreado a grito pelado, mientras la muerte los
rodeaba. A la tarde comenzó el desembarco de los invasores y nuestros efectivos
fueron quedando sin municiones y destruidas las baterías. La pelea se prolongó
hasta caer la tarde con lucha cuerpo a cuerpo y contraataques de la caballería.
Derrocharon heroísmo, dejando a sus jefes heridos, con 250 muertos, incluido el
Héroe de la recuperación de Malvinas y Soldado de Patricios, el "gaucho"
Antonio Rivero, y 400 heridos de un total de 2.160 combatientes
criollos.
El parte de Batalla del Jefe Francés Trehouart a
su gobierno, es el mejor homenaje a los héroes argentinos, que dice:
"Siento vivamente que esta gallarda proeza, se halla logrado a costa de
tales pérdidas de vidas, pero considerando la fuerte oposición del enemigo y la
obstinación con que fue defendida la plaza, debemos agradecer a la Divina
Providencia que no haya sido mayor".
Mientras el Almirante inglés Inglefield, en su
informe de guerra lo califica, "Bizarro hecho de armas, desgraciadamente
acompañado por mucha pérdida de vidas de nuestros marinos y desperfectos
irreparables en los navíos. Tantas pérdidas han sido debidas a la obstinación
del enemigo", informa a la Corona Inglesa el marino.
Al amanecer del día siguiente continuaron su
navegación por el Paraná. Los buques de guerra atacantes sufrieron serias
averías y de los 90 mercantes que acompañaban la flota intrusa, solo 52 pudieron
pasar de inmediato, por el paso forzado. Comerciaron libremente con Entre Ríos,
Corrientes y el Paraguay pero no estuvieron tranquilos, siendo atacados en
forma continua desde la costa.
"La
Guerra del Paraná" continúa con los combates del 2 de enero de 1846, en la
llamada “2da. Edición de la Vuelta de Obligado" con los argentinos al
mando de Thorne, con artillería volante y lanceros de caballería que enfrentan
el audaz desembarco de 300 infantes de marina intrusos al mando del Cap. Notan,
que continuará con los combates de "Tonelero", "Acevedo", "San
Lorenzo" y la "Angostura del Quebracho", donde
el 4 de junio de 1846 el Gral. Mansilla los enfrenta nuevamente, desde la
barrancas del Quebracho, al norte de San Lorenzo, logrando así una aplastante
victoria argentina, que significó el fin de la aventura colonialista.
"Obligado" fue para Inglaterra y
Francia, una victoria militar y una grave derrota política y comercial.
El Brigadier Don Juan Manuel de Rosas, defiende
la Soberanía Nacional ante la ambición desmedida de los Gobiernos de Gran
Bretaña, de Francia y del Imperio de Brasil.
Rosas se opone e impide con las fuerzas que
dispone, que las potencias realicen la "libre navegación" de los ríos
interiores de la Confederación Argentina y que las Grandes Naciones no puedan
comerciar libremente con las Provincias Mesopotámicas, sin pagar impuestos ni
hacer Aduana.
Se termina la intervención de las Fuerzas navales
anglo-francesas, y poco después, el 13 de julio de 1846, Sir Samuel Tomás Hood,
con plenos poderes de los gobiernos de Inglaterra y Francia, presenta
humildemente ante Rosas: "el más honorable retiro posible de la intervención
naval conjunta".
A lo que el Restaurador de las Leyes les haría
pagar con un buen precio ganado, "en honores y de laureles", a saber:
1. El fin del Bloqueo Naval de Francia
e Inglaterra a los puertos argentinos.
2.
Devolver la Flota Argentina capturada.
3.
Devolver la Isla Martín García.
4.
Saludar la Bandera Argentina con 21 cañonazos, por parte de cada una de
las Flotas invasoras.
5. Reconocer la Soberanía Argentina y la NO
navegación de los ríos interiores
Finaliza, de tal forma, la posibilidad de Intervenir al Paraguay, y que el Uruguay pase a
ser una colonia francesa. Las potencias europeas alejan la posibilidad de la
ingerencia del Imperio del Brasil.
Por los motivos expuestos y la trascendencia de
la fecha, solicito de mis pares la aprobación del presente proyecto.
Daniel R. Pérsico